Pamplona - May 2022
Según los coloproctólogos, la fisura anal sigue siendo la segunda causa de motivo de consulta después de la patología hemorroidal. La fisura anal es una herida o úlcera que aparece en el canal anal y que puede penetrar hasta el esfínter interno. Está situada generalmente sobre la pared posterior del canal, aunque también puede localizarse en la pared anterior o lateral.
Las fisuras anales suelen provocar dolor de gran intensidad y pequeños sangrados al ir de vientre. También pueden ocasionar espasmos en los esfínteres anales. Los pacientes sienten una sensación de quemazón en el momento que pasan las heces, que puede durar hasta varias horas tras la defecación. Los dolores se ven acentuados por la posición sentada o cuando el paciente contrae el esfínter anal. Ciertos pacientes describen un dolor insoportable, que les da la impresión de un verdadero desgarro en el momento de la defecación.
No existe una causa única, pero la fisura anal está frecuentemente asociada a:
El dolor que provoca la fisura anal, a menudo, desencadena una contracción de la musculatura de los esfínteres como mecanismo de defensa. Se trata de una contracción involuntaria e inconsciente que dificulta la cicatrización, y puede ser necesario según el caso recurrir a un tratamiento de fisioterapia en pelviperineología.
El tratamiento de fisioterapia complementa los tratamientos médicos habituales, utilizando técnicas dirigidas a relajar la hipertonía de la musculatura del canal anal y a restablecer una correcta mecánica defecatoria.
Se utilizan técnicas como la diatermia de alta frecuencia Indiba ®, que aceleran los procesos de cicatrización aumentando el metabolismo de la zona, mejorando la vascularización de los tejidos e inhibiendo la tensión miofascial secundaria al dolor. Esto, unido a técnicas de terapia manual y de relajación del suelo pélvico, impiden el trofismo de los tejidos.
La fisioterapia de suelo pélvico tiene como objetivo eliminar el espasmo muscular del conjunto esfinteriano y de la musculatura perineal que lo rodea, la cual, de forma indirecta, también se verá afectada pudiendo crear puntos de tensión que darían lugar a un empeoramiento de la sintomatología.
La fisioterapia se combina con técnicas de reeducación de la mecánica defecatoria y tratamientos para el estreñimiento distal, con el fin de evitar una posible recidiva.
El tratamiento médico de la fisura anal consiste en disminuir el dolor y favorecer la cicatrización de la herida. Cuando la fisura resiste a todo tipo de tratamiento conservador o recidiva, podría ser necesaria una intervención quirúrgica. No obstante, en la mayoría de los casos se puede resolver sin recurrir a la cirugía.
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